Juan José Millás
No es tan difícil
30.03.2016 | 05:30
No es tan difícil
Conste que no me refiero a la estupidez peyorativamente. En cada uno de nosotros hay una cuota de simpleza. A veces dos o tres. Quien más, quien menos, todo el mundo tiene que lidiar con el idiota que lleva dentro. La pregunta es por qué el idiota tiene más habilidades sociales que el inteligente. El idiota se gana al público con una facilidad pasmosa. Un día, en un avión, el vecino de asiento, un hombre de unos sesenta años, me confesó que él solo tenía amigos tontos.
– ¿Y eso? –le pregunté.
– La vida me ha llevado por ahí –dijo.
Y él era listo, incluso muy listo. Dirigía una editorial que había fundado en su juventud y en la que publicaba preferentemente libros de ensayo. Tenía olfato para saber a quién debía publicar, pero no para elegir con quién se iba a cenar. Viajábamos a México y como el vuelo duraba muchas horas, temí que intimáramos hasta el punto de que me invitara a cenar. No lo hizo, pero tampoco me pidió un libro para su catálogo. No sé. En la prehistoria, los cazadores-recolectores trabajaban en grupo, perfectamente coordinados, para abatir a sus presas. Eso es compartir inteligencia. A primera vista no parece tan difícil.