Juan José Millás
Sin talento
28.09.2016 | 05:30
Sin talento
Se habla de una película que ya como ficción es mala, de manera que cuando uno intenta transitar desde ella al mundo real, y si no está muy enajenado, se rompe la crisma. Si está muy enajenado, también. Un país rompe crismas. Nos la rompemos individual y colectivamente cada vez, que rascando la pintura informativa superficial, vamos a los datos reales de la corrupción, de la deuda, del déficit, del paro, de la calidad del trabajo, de la eficacia de la educación, pero también de la competencia de la sanidad, del equilibrio de la justicia y hasta de los servicios de limpieza de nuestra ciudad y hasta del estado de las papeleras de nuestra calle. Cuando escuchamos atentamente las propuestas políticas, advertimos con horror que los discursos van por un lado y la vida por otro. Y no es que no se encuentren, es que se alejan más y más hasta el punto de que quizá tengamos que votar el día de Navidad, con reflexión en la cena familiar de Nochebuena. Bárbaro.
Viven nuestros partidos, y sus dirigentes en un universo paralelo. Sufrimos una escasez histórica de talento político. No encontramos, ni utilizando la linterna de Diógenes, un líder carismático, inteligente, uno que esté a la altura de las circunstancias. Pero no solo pasa aquí, en España: sucede en todo el mundo. Examinen uno a uno a los dirigentes del globo y comprenderán de qué hablamos.