Juan José Millás
Titulares
16.12.2015 | 05:30
Titulares
Yo creo que lo que quiere decir, cuando habla de la mejora de nuestra economía, es que se ha estabilizado al modo chino. En otras palabras, que ha logrado convertir en crónica una enfermedad que era mortal. Nos hemos acostumbrado al paro, a los recortes, a los salarios basura, a los bancos de alimentos y a la mendicidad, entre otras patologías. Ya no nos morimos de la pobreza, sino que vivimos con ella. Cada semana, cuando voy al supermercado, un voluntario me entrega una bolsa para que, al tiempo de hacer mi compra, meta en ella un paquete de arroz y una botella de aceite para los pobres. Al principio me parecía algo excepcional. Ahora es un automatismo. A veces me pregunto a quién irá a parar esa bolsa solidaria, pero tal como está todo, y dado que la ruina puede sobrevenirle a uno en cualquier momento, puede que me toque a mí. Por eso meto en ella siempre algún capricho.
Estabilidad, en fin, una palabra prestigiada porque no se nos ocurre que el mal también se consolida. La pregunta es si nos hemos quedado así, como estamos ahora, para siempre; si el capitalismo salvaje se ha vuelto crónico, como el sida, y nos tendremos que acostumbrar a vivir con él al modo en que en la economía china se afianzan las diferencias abismales entre ricos y pobres.