Juan José Millás
Siga usted pensando
01.06.2016 | 05:30
Siga usted pensando
Doy por supuesta la bravura del toro, pero dudo de la inteligencia del hombre. He visto en la tele algunas imágenes de la fiesta que no parecían un modelo de agudeza intelectual. Vete a saber si este hombre llama inteligencia a lo mismo que llama monumento. Lo que aquí ha ocurrido (suponemos nosotros) es que nuestro funcionario municipal se puso a pensar en horas de trabajo (quizá le pagan para eso, para pensar) y se le encendió una luz.
Una luz negra, cabría decir, o siniestra, para entendernos. Se dijo: «Ya está: las tradiciones son como las catedrales». Y se quedó tan ancho. Luego le vino a la cabeza el tópico de la identidad colectiva, que está al alcance de cualquiera en las tiendas de Todo a cien, y armó un discurso para la prensa con el que se quedó más contento que unas pascuas. No advirtió en su ceguera que hay zonas de la identidad que es mejor reprimir y, a ser posible, eliminar. ¿Imaginan ustedes a un pederasta defendiendo que su inclinación es sagrada porque forma parte de su identidad? Pues ahí lo tienen. No se apure usted, querido funcionario. La cultura nace precisamente de la represión de nuestros instintos más bajos: verbi gratia, aquel que nos lleva a torturar sin ton ni son a un pobre astado. Pero no se nos desanime usted, siga pensando.