Manos y narices
Juan José Millás 25.04.2017 | 05:30Debe de ocurrir algo parecido con la pintura. Uno coloca el pincel sobre el lienzo con idea de hacerlo discurrir en esta dirección, y se nos escapa en esta otra. La cuestión es que ni el pincel ni tú alcancéis vuestros objetivos, sino que el cuadro sea un híbrido entre tus intenciones y las suyas. El arte funciona así, entre el deseo y la realidad. La ciencia, posiblemente, también. En ocasiones buscando un remedio para la fiebre se encuentra la solución para la diarrea. He ahí una forma de negociación. Lo importante es acudir al laboratorio todos los días. Como decía aquel, la inspiración existe, pero es imprescindible que nos coja trabajando.
Los contrarios, en fin, no se excluyen en casi ninguna de las actividades humanas. Lejos de eso, se interpenetran para dar lugar a lo posible. Se dice con mucha frecuencia que la política es el arte de lo posible, pero se practica poco. Los liberales piden auxilio cuando baja la Bolsa, y los proteccionistas privatizan la electricidad cuando sube. Si a estas contradicciones se le añade la salsa de la corrupción, el guiso está hecho. Pero fíjense cómo huele. Si España tuviera manos y nariz, estaría utilizando aquella para taparse esta.