Juan José Millás
Un misterio literario
01.09.2016 | 05:30
Un misterio literario
Cuando el policía se da cuenta, vuelve a la casa del sospechoso y descubre el porqué de esa asimetría: la mujer desaparecida había sido asesinada y emparedada detrás de un falso tabique de la habitación. De ahí que la lámpara hubiera quedado desplazada del centro. Un detalle pequeño, pero revelador, que me ha venido a la memoria al leer en la prensa la historia de una mujer asesinada, también presuntamente por su marido, y emparedada en el cuarto de contadores de la vivienda que ocupaba el matrimonio. Desaparecida desde el mes de junio, la familia había colgado carteles con su foto por diversos lugares de Torrevieja, Alicante, donde ocurrieron los hechos.
El emparedamiento es un recurso literario. Se da también en Poe, entre otros, de ahí que impresione cuando uno lo ve saltar a la realidad, y cuando comprueba que funciona, pues el marido y presunto culpable, no fue detenido hasta descubrir el cadáver. En este caso, el detalle delator no fue una asimetría, sino la cantidad anormal de insectos (moscas sobre todo) que alborotaban el aire cada vez que se abría la puerta del cuarto de contadores. ¿Por qué? Porque el emparedamiento estaba mal hecho. Tenía fisuras por las que escapaba el olor que atrajo a los insectos y que condujo a investigar a los vecinos. ¿Cómo se puede construir un sarcófago en un lugar tan visitado sin que nadie, de no ser por el olor y las moscas, se hubiera dado cuenta? He ahí un misterio digno de una investigación literaria.