Tú también
Juan José Millás 16.09.2017 | 00:11Hay otro asunto curioso, y es que no se envejece de manera lineal. No todos los días o todos los años de la vida se baja un escalón. A veces se suben dos, aunque luego se bajen tres. Hay gente que está mejor de salud entre los sesenta y los setenta que entre los cincuenta y los sesenta. Tarde o temprano todo el mundo se muere, pero en el viaje hacia la tumba hay retrocesos considerables, como si en vez de coger la autopista, se pudieran elegir caminos secundarios con vueltas y revueltas capaces de retrasar y de invertir incluso, siempre de forma temporal, el proceso. Esto se debe al hecho de que en el camino hacia la vejez no solo interviene la biología, sino también la mente.
Hasta los médicos más biologicistas recurren en alguna ocasión al término psicosomático para explicar un malestar sin causas físicas aparentes.
-Lo suyo es psicosomático.
Nadie, sin embargo, explica el bienestar desde ahí.
-Tiene usted una salud psicosomática a prueba de bombas.
Mal hecho. La mente puede ser un acelerador o un retardador del envejecimiento. Tanto o más que la vitamina D, ahora tan de moda. Por cierto, que se me ha hecho de noche casi sin darme cuenta. Así, tú también te harás viejo.