Juan José Millás
Felicidades, ministro
19.08.2015 | 05:30
Felicidades, ministro
Si el policía de calle se reúne con el soplón, con el confidente y con otros tipos de mal vivir, ¿cómo no se va a encontrar el ministro con un supuesto ladrón de guante blanco? Quienes se quejan retóricamente de que Fernández Díaz no reciba al primer ratero que le pide audiencia, es que no acepta la existencia de las clases sociales ni de las jerarquías, no acepta el orden por el que se rige el mundo, es un ácrata de la peor especie, quizá un antistema. En cuanto a la oposición, no creo que proteste por cálculos electoralistas; lo hacen más bien porque no tienen las cosas claras. No saben quién manda. Esa ignorancia es la que ha levantado la polvareda de los días pasados y que todavía nos impide respirar. Afortunadamente, las explicaciones del ministro fueron tan prístinas (con perdón), tan convincentes, tan claras, que hasta el español menos favorable al PP ha comprendido al fin la diferencia entre lo anormal y lo normal. La escena de Jorge Fernández Díaz y Rodrigo Rato, sentados frente a frente en un despacho oficial, hablando de sus cosas, representa un grado de cordura, de sensatez, de buen juicio, que para sí lo quisieran, no sé, los alemanes, que dimiten por un quítame allá esas pajas.
Nuestras felicitaciones, ministro.
Nuestra comprensión, señor Rato.