Juan José Millás
Propuestas comerciales
21.10.2015 | 05:30
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Un minuto. ¡Nos habría gustado tanto que dudara un minuto! Uno de los problemas del votante frente a los partidos tradicionales es que apenas se diferencian. Llegado el momento, todos son intercambiables, o reversibles, como las gabardinas. Irene Lozano lo acaba de demostrar.
También lo ha demostrado Sánchez al ofrecerle trabajo. Le pregunté a la exdiputada de UPyD qué puesto le iban a dar en las listas. Dijo que lo ignoraba, pero se supo horas después. Lo más probable era que mintiera. El puesto forma parte de la negociación, o del negocio, como prefieran llamarlo.
-No voy a pasar este bochorno –le diría a Sánchez– si no me colocas bien.
No bien, muy bien: el número cuatro. Se comprende el enfado de los militantes de toda la vida. Pero vamos a ver, ¿por qué el PSOE hace esto? ¿Necesitan de verdad a Lozano para lo que sea que la hayan contratado? Es evidente que no. ¿Entonces? Por puro márquetin, o marketing o mercadotecnia, elijan ustedes el término. Sánchez debe de haber sido vendedor en una existencia pasada, posee la arquitectura física de un comercial, pero le falta, pues ha descontentado a muchos sin contentar a nadie, excepto a Lozano, le falta, decíamos, tacto. Y es que la política no es un chiringuito, o no debería serlo. Y ahí los tienen. Argumentando.